Fragmento escogido de la semana
“El siglo XXI será de las mujeres”.
La pintada era una de tantas en el muro de la plaza. No demasiado ingeniosa. Tampoco llamativa en exceso: letras mayúsculas aerografiadas con pintura negra. Aun así, aquella caligrafía sin gracia removió algo en Ella. Le hizo preguntarse: ¿a qué estamos esperando, pues?
Se levantó del banco para ir a su casa. A escribir, le apetecía. Ella nunca sabría que esas líneas, aquellas ideas dispersas más o menos atinadas, llegarían a cambiar el mundo.
Pero antes, iban a costarle la vida.